Una amiga me comentaba la forma de aprovechar los restos que van quedando de los embutidos y que nadie se come y al final se acaban tirando; la verdad es que me gustó la idea y me puse manos a la obra tras darme una vuelta por el frigorífico y todo esto fue lo que encontré:
- 1 trozo de chorizo.
- 1 punta de lomo embuchado.
- 1 poco de salchichón.
- Lonchas de jamón.
- 1 trozo de queso.
Preparación:
En un tarro de cristal ponemos aceite de oliva con unos granos de pimienta, 2 hojas de laurel, una ramita de tomillo, una ramita de romero y dos guindillas. A continuación, se deja todo en maceración con los restos del fiambre durante unos dias y ya lo podemos utilizar sobre unas tostadas. No se a vosotros que os parecerá, pero desde luego para mí, fue una muy buena idea y lo recomiendo totalmente.
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